Las cartas circuladas por Stanford International Bank, entre los posibles inversores reclamaron depósitos fueron asegurados por Lloyds de Londres y que los empleados del banco eran "hombres de negocios de primera clase."
Las cartas proclamaron el banco había sufrido "estricto examen de la gestión de riesgos por una firma de auditoría externa." Stanford International Bank es ahora conocido como uno de los esquemas de Ponzi más grandes del mundo, una estafa de $ 7 mil millones que sólo es superado por el aire arrastrado fuera por el ex asesor de inversiones de Nueva York y financista Bernard Madoff.
El banco de Stanford, que se basaba en Antigua y mantiene una presencia considerable en Miami, fue cerrado en 2009. Así, mientras que el fundador del banco y el multimillonario de una vez, R. Allen Stanford, está cumpliendo una pena de prisión de 110 años por fraude, los inversores están en busca de dinero para recuperar.
Esperan encontrarlo en Willis Group Holdings, la empresa de seguros del Reino Unido que proporcionó Stanford con anotaciones escritas. Los inversores también están demandando la filial americana de Willis Group con sede en Colorado.
Conseguir el litigio se pegue en una jurisdicción, sin embargo, no ha sido fácil. Presentada en el Tribunal de Circuito de Miami-Dade en febrero, traje de los demandantes fue trasladado a EE.UU. Tribunal de Distrito de Miami el 3 de junio. EE.UU.
El juez de distrito José E. Martínez quedó el caso el 14 de junio después de que el Grupo Willis sostuvo la Corte Suprema de los EE.UU. está buscando en la responsabilidad de las cartas de seguro para los inversores en un caso relacionado en contra de Willis Group.
Otras demandas en contra de Willis Group por los demandantes en situación similar han terminado en multidistritales litigios en Dallas. También se ha mantenido por un juez federal de Miami. Una llamada telefónica realizada al abogado Eduardo Soto, socio en Weil Gotshal & Manges en Miami que representa a Willis Group, no fue respondido de la fecha límite. Pero en su movimiento a Martínez por una estancia, Soto dijo que el acusado espera que el caso y otros cuatro presentadas contra Willis Group para ser transferidos a la Corte de Quiebras de EE.UU. en Texas, que supervisa el patrimonio del Stanford International Bank.
El abogado de los demandantes, Ervin González, dijo que las empresas que avalan empresas criminales como Stanford necesitan a rendir cuentas. "Si alguien va a dar un aval ... Será mejor que tenga cuidado, porque la gente confía en los avales", dijo González, socio de Colson Hicks Eidson, en Coral Gables, Florida "Ellos tienen un obligación y el deber de ser preciso. "
También representa a los demandantes el abogado Luis Delgado, socio de Miami Homer & Bonner. "Desde dentro o alrededor de agosto de 2004 a 2008, Willis proporciona" seguridad y solidez "cartas a los agentes de Stanford Financial en Willis papel con membrete y firmada por un ejecutivo de Willis, "las reclamaciones del pleito. Las letras engañaron a clientes en la creencia de sus depósitos estaban a salvo y seguro, dice la demanda. Los 29 demandantes son de Uruguay, Bolivia, Colombia y Venezuela y tuvo una pérdida combinada de $ 30 millones cuando SIB se derrumbó. . La demanda afirma que recibieron cartas del Grupo Willis idénticos con la única diferencia de la fecha y la dirección.
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Las cartas proclamaron el banco había sufrido "estricto examen de la gestión de riesgos por una firma de auditoría externa." Stanford International Bank es ahora conocido como uno de los esquemas de Ponzi más grandes del mundo, una estafa de $ 7 mil millones que sólo es superado por el aire arrastrado fuera por el ex asesor de inversiones de Nueva York y financista Bernard Madoff.
El banco de Stanford, que se basaba en Antigua y mantiene una presencia considerable en Miami, fue cerrado en 2009. Así, mientras que el fundador del banco y el multimillonario de una vez, R. Allen Stanford, está cumpliendo una pena de prisión de 110 años por fraude, los inversores están en busca de dinero para recuperar.
Esperan encontrarlo en Willis Group Holdings, la empresa de seguros del Reino Unido que proporcionó Stanford con anotaciones escritas. Los inversores también están demandando la filial americana de Willis Group con sede en Colorado.
Conseguir el litigio se pegue en una jurisdicción, sin embargo, no ha sido fácil. Presentada en el Tribunal de Circuito de Miami-Dade en febrero, traje de los demandantes fue trasladado a EE.UU. Tribunal de Distrito de Miami el 3 de junio. EE.UU.
El juez de distrito José E. Martínez quedó el caso el 14 de junio después de que el Grupo Willis sostuvo la Corte Suprema de los EE.UU. está buscando en la responsabilidad de las cartas de seguro para los inversores en un caso relacionado en contra de Willis Group.
Otras demandas en contra de Willis Group por los demandantes en situación similar han terminado en multidistritales litigios en Dallas. También se ha mantenido por un juez federal de Miami. Una llamada telefónica realizada al abogado Eduardo Soto, socio en Weil Gotshal & Manges en Miami que representa a Willis Group, no fue respondido de la fecha límite. Pero en su movimiento a Martínez por una estancia, Soto dijo que el acusado espera que el caso y otros cuatro presentadas contra Willis Group para ser transferidos a la Corte de Quiebras de EE.UU. en Texas, que supervisa el patrimonio del Stanford International Bank.
El abogado de los demandantes, Ervin González, dijo que las empresas que avalan empresas criminales como Stanford necesitan a rendir cuentas. "Si alguien va a dar un aval ... Será mejor que tenga cuidado, porque la gente confía en los avales", dijo González, socio de Colson Hicks Eidson, en Coral Gables, Florida "Ellos tienen un obligación y el deber de ser preciso. "
También representa a los demandantes el abogado Luis Delgado, socio de Miami Homer & Bonner. "Desde dentro o alrededor de agosto de 2004 a 2008, Willis proporciona" seguridad y solidez "cartas a los agentes de Stanford Financial en Willis papel con membrete y firmada por un ejecutivo de Willis, "las reclamaciones del pleito. Las letras engañaron a clientes en la creencia de sus depósitos estaban a salvo y seguro, dice la demanda. Los 29 demandantes son de Uruguay, Bolivia, Colombia y Venezuela y tuvo una pérdida combinada de $ 30 millones cuando SIB se derrumbó. . La demanda afirma que recibieron cartas del Grupo Willis idénticos con la única diferencia de la fecha y la dirección.
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